martes, 21 de julio de 2009

Plata quemada

¿Qué es robar un banco comparado con fundarlo?
-Bertolt Brecht

"Hay quienes trabajan para ganar dinero y quienes hacen que el dinero trabaje para ellos", leí en el libro.
-Aníbal Ilguisonis, clin caja.



Desde la banderola de la cocina lograban que la plata quemada volara sobre la esquina. Parecían mariposas de luz, los billetes encendidos.
Un murmullo de indignación hizo rugir la multitud-
—La queman.
—Están quemando plata.
(…)
Indignados, los ciudadanos que observan la escena daban gritos de horror y de odio, como en un aquelarre del medioevo (según los diarios), no podían soportar que ante sus ojos se quemaran cerca de quinientos mil dólares en una operación que paralizó de horror a la ciudad y al país y que duró exactamente quince interminables minutos, que es el tiempo que tarda en quemarse esa cantidad astronómica de dinero. (…) La gente indignada se acordó de inmediato de los carenciados, de los pobres, de los pobladores del campo uruguayo que viven en condiciones precarias y de los niños huérfanos a los que ese dinero habría garantizado un futuro.
-Ricardo Piglia, Plata quemada



Los comentarios de Haneke son muy acertados. El revuelo que causó esta escena no es un hecho trivial, y merece ser considerado. Creo que a todos nos shockea bastante ver tanta plata rota y tirada al inodoro, dado que es, como dice Haneke, un gran tabú de nuestra sociedad.
De todos modos hay una contradicción en este shock, que viene de la siguiente pregunta: ¿Por qué consideramos a esos billetes como dinero tirado, y no así a los gastos que supone realizar toda la película? O sea, ¿por qué los gastos multimillonarios de las superproducciones son gastos justificados y este no? ¿Por qué la realización de cualquier película no es un derroche? Supongo que a los hambrientos de África (o de Argentina) igual les da que el dinero se gaste en cámaras, actores, fílmico, etc. o que sea arrojado al inodoro, dado que de cualquier forma, ellos no lo poseen.
En definitiva, esta escena causó tanta polémica porque, en el fondo, nos recuerda al estribillo benjaminiano de que todo documento de la cultura es a su vez un documento de la barbarie. Es decir, nos enfrenta con el hecho de que todo hecho artístico es cómplice de la barbarie capitalista. En definitiva, en este film (El séptimo continente), Haneke confronta al espectador con sus propias contradicciones de clase.

1 comentario:

  1. Epa, mirá qué troskysta nos pusimos.

    Lindo plata quemada. Tengo una foto guardada de la filmación que no es una toma hermosa que no se llega a ver en la peli. Leticia con la pintura corrida y la lluvia, la lluvia.

    Beso

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